Un nuevo Clásico. 90 minutos en los que se paralizan todo Madrid y Barcelona. Y por qué no decirlo, medio mundo. De esos partidos que ven hasta a los que no les gusta el fútbol. Algo imperdible. Cenas canceladas, reuniones familiares aplazadas y calles desiertas en las grandes ciudades del país. Amigos reunidos con una buena cena frente al televisor, hermanados en presencia pero enfrentados por sus colores. Porque en un Clásico no hay amistades que valgan. Reinan los colores por encima de todo. No habrá riesgo de contagio por el coronavirus que valga en las conglomeraciones por la celebración de esta gran fiesta del fútbol. 650 millones de personas ansían la llegada del domingo. Yo me incluyo. 

Un choque por todo lo alto que podría dejar media liga sentenciada en caso de victoria culé, 90 minutos que para el Madrid son a vida o muerte. La derrota del miércoles en el Bernabéule imprime mucha más responsabilidad y exigencia al conjunto blanco, que se agarra a este partido como flotador salvavidas en mitad del océano.

Llega el conjunto de Zidane en plena recuperación física y mental tras la debacle del miércoles frente al Manchester City, un partido que se saldó con un contundente 1-2 a favor de los de Guardiola. Dejó escapar el Madrid un partido que trabajó con cierta solvencia en la primera mitad y en gran parte de la segunda, donde con el gol de Isco se puso por delante cuando más superior estaba siendo el conjunto “citizen”. Volvieron a aflorar las imprecisiones y la falta de concentración hizo mella en los locales, que se vieron abatidos con el 1-1 de Gabriel Jesus. El City pisó el acelerador y Sterling provocó el claro penalti de Carvajal que convirtió Kevin de Bruyne para poner el definitivo 1-2. Salvo un milagro en el Etihad, los deZidane pueden quedar fuera de la Champions en octavos por segundo año consecutivo. En la capital urge agarrarse a la Liga como sea. Y el Barça no lo va a poner nada fácil.

El conjunto azulgrana llega lejos de estar en su mejor momento, pero algo mejor sí. Un valioso empate en su correspondiente enfrentamiento en San Paolo frente al Nápoles enChampions, pero nada más allá del buen resultado. El juego de los de Setién volvió a dejar mucho que desear, con un equipo plano y falto de ritmo y profundidad en ataque frente a unNápoles que pudo incluso merecer algo más. 

El conjunto napolitano se colgó del larguero y penalizó al Barça a la contra en las pocas ocasiones claras de las que dispuso, lideradas con maestría por Fabián en el eje y Mertens eInsigne haciendo mucho daño al espacio. El belga convirtió el 1-0 con un trallazo tremendo imposible para Ter Stegen.

Mejoró el juego azulgrana en la segunda mitad, con algo más de ritmo en la velocidad de circulación con Semedo incorporándose con solvencia por el lateral (Júnior estuvo muy desacertado en la izquierda). Una gran presión tras pérdida en bloque de los de Setién provocó el error de los napolitanos, y la consecuente gran jugada combinativa entre Semedo yGriezmann para que el francés hiciese el gol del empate. 

De cara al Clásico del domingo, hay poco que predecir. Quique Setién y Éder Sarabia estuvieron el miércoles en un palco del Bernabéu, estudiando las debilidades del conjunto deZidane y disfrutando de la derrota de los blancos. De hecho, en el post-partido, Guardiola los acogió a ambos en su hotel para charlar sobre el partido y para debatir sobre su situación enCan Barça. Algo así como un pequeño empujón del maestro para que los nuevos inquilinos sigan su estela de magnificiencia en los duelos frente a los blancos.

Y es que los datos no mienten: son 7 victorias del Barça por 3 del Madrid en las últimas 10 visitas del conjunto azulgrana a territorio merengue. Resultados abultados como el 0-3 de la temporada pasada en Liga, el 2-3 del 2017 con aquél mítico gol de Leo Messi al filo del final o el 0-4 histórico del 2015 avalan a los culés, que suelen encontrarse como en casa en sus visitas al Bernabéu

Habrá que ver si los azulgrana consiguen ensanchar su buena racha en la casa blanca. El Madrid contará con el aliento de su gente y con la motivación moral extra de la derrota frente alCity para darlo todo en este partido con el objetivo de intentar reconducir su camino en esta temporada. La Champions está muy lejos para los de Zidane y algo más cerca para los deSetién, la Liga sigue muy pareja para ambos pero una hipotética victoria culé ensancharía la ventaja de puntos entre ambos de forma muy notoria. 

El planeta fútbol se paraliza con la disputa de este histórico enfrentamiento. Uno de los duelos más tensos e impredecibles del fútbol europeo, donde no hay predicciones que valgan. Las flaquezas y los últimos resultados de ambos se olvidarán una vez el balón empiece a rodar. Una batalla épica de la que sólo puede salir victorioso uno. Pero en un Clásico todo puede pasar. O sales victorioso y en volandas o te marchas triste y derrotado a casa. No hay más. 

Iker Lloveras @LloverasIker

Colaborador

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